El Grupo de Transformación Digital del B20, el brazo empresarial del G20, dio a conocer hoy las tres recomendaciones que se harán a los gobiernos de las mayores economías del mundo para generar una inclusión digital y tecnológica universal, segura y que atienda los desafíos que genera la Inteligencia Artificial.
La primera recomendación consiste en modernizar las regulaciones e impulsar las asociaciones público-privadas para expandir la infraestructura de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en forma asequible y resiliente y que se aborden las disparidades de uso en todas las regiones para lograr la conectividad universal.
Darío Werthein, presidente de Vrio y copresidente del Grupo de Transformación Digital del B20, consideró que estas discusiones globales son un gran trabajo que “impactará en forma significativa en la vida de millones de personas, principalmente en aquellas que hoy están fuera de la economía digital porque la infraestructura no llega a ellas, por imposibilidad económica de acceso o por falta de habilidades para el uso de la tecnología”.
“La inclusión digital es la llave para el acceso a la educación y a la salud; a la democratización del conocimiento; al empoderamiento personal y las oportunidades laborales; a la mayor participación ciudadana; a la innovación y al desarrollo de las comunidades. En definitiva, se está discutiendo sobre la calidad de vida de millones”, dijo Werthein.
El presidente de Vrio se expresó así tras la finalización del panel “conectividad e inclusión digital de personas y mipymes”, en el evento realizado en Maceió, la capital del estado de Alagoas. Allí estuvo representado por Pedro Bentancourt, vicepresidente de Asuntos Económicos, Externos y Regulatorios de la compañía.
El grupo de trabajo reúne a representantes del sector privado de las economías del G20 y es liderado por el ejecutivo Fernando De Rizzo, CEO de Tupy. Según él, la transformación digital es una palanca para el progreso inclusivo, sostenible y ético, y para aumentar el bienestar de las poblaciones.
Bentancourt señaló allí que la primera de las tres recomendaciones incluye la búsqueda de regulaciones ajustadas al avance tecnológico, condensando la opinión de Vrio. Y agregó que existe un amplio consenso en el B20 en cuanto a que son fundamentales tanto la promoción de la infraestructura, como el desarrollo de habilidades tecnológicas para reducir la brecha digital y que se garantice la seguridad de los datos.
En ese contexto, el B20 propone al G20 acelerar la expansión y el uso de la infraestructura de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) a través de la modernización regulatoria y las asociaciones público-privadas (APP) que fomenten la inversión, la colaboración y la competencia leal, como modelos de licencias que favorezcan los compromisos con la expansión de la infraestructura.
Asimismo, avanzar en la conformación de Fondos de Universalización para Servicios de Telecomunicaciones (FUST o Fondos de Servicio Universal) optimizados e iniciativas de apoyo a la demanda (por ejemplo, conectividad financiada por el gobierno para servicios esenciales).
La segunda recomendación del B20 es proteger a las personas y las organizaciones y promover la confianza digital acelerando la innovación y el desarrollo a través de la armonización de las normas de ciberseguridad y protección de datos, la coordinación de las acciones internacionales de ciberseguridad y el apoyo al flujo libre de datos con confianza (DFFT).
Y la tercera consiste en explorar de manera responsable el potencial transformador de la inteligencia artificial (IA) apoyando su desarrollo y adopción, así como colaborando para lograr una ambición compartida y principios comunes de ética, sostenibilidad, seguridad e inclusión.