¿Qué es lo que más proteges en tu vida, con quién estás antes de acostarte, revisas que se encuentre bien, el primero que saludas al despertarte, lo cuidas día a día y estás pendiente de que siempre esté a tu lado, si se cae lo levantas cuidadosamente y lo proteges y si se llega a perder puedes enloquecer de la angustia? Por lógica, probablemente dirías que obviamente tu hijo o tu hija, pero la realidad es que estoy hablando de tu celular. Hasta ese punto hemos llegado, ya que este aparato se ha convertido en el centro de nuestro mundo y por ende en el centro del mundo de nuestros hijos.
Aún recuerdo 15 años atrás, cuando estaba en un restaurante y al lado había una familia almorzando y con gran sorpresa veía a uno de sus hijos pegado a un computador mientras los demás comían, causando una gran impresión en mí, ya que no entendía cómo los papás permitían que eso sucediera. Hoy, después de todos estos años, veo cómo todo se ha tornado tan diferente y ahora se ve normal que en un restaurante todos sus integrantes estén pegados a sus celulares, no se miren a los ojos y no interactúen como familia.
Realmente los celulares están haciendo que nuestras prioridades cambien de una manera tan impactante, que la familia, el núcleo más importante de nuestra sociedad se vea afectada negativamente. Esto ha hecho que crezcan hijos desconectados de la realidad, que cada vez son más agresivos, fáciles de influenciar, aislados e introvertidos, donde pierden su capacidad de socializar y de tomar decisiones asertivas. Es por todo esto, que hoy los padres tienen un gran reto en la educación de sus hijos, ya que han perdido el control sobre su familia y los valores tan importantes de antaño se han transformado. Hoy vemos familias de hijos pequeños donde pasan horas enteras cada quien sumido en sus teléfonos, desperdiciando su tiempo, y entregando a las redes sociales y los juegos interactivos (la gran mayoría de ellos violentos y adictivos), la supuesta educación de sus hijos. Esta situación es tan grave que he llegado a presenciar pataletas impresionantes de niños que no se sientan a la mesa a comer, si sus padres les quitan sus teléfonos.
Lo más difícil de todo esto que sucede con los niños, es que la adicción y la dependencia generan trastornos obsesivos compulsivos y el cerebro entra en estado de degeneración, ya que el cráneo de los niños no es suficientemente grueso y su sistema nervioso no está 100% desarrollado, por lo que la radiación penetra con más fuerza en sus cerebros.
La exposición excesiva a los celulares trae entonces muchos problemas que se van a manifestar en alteraciones del sueño, problemas de atención, disminución de la concentración, adicción a otras tecnologías, sedentarismo que puede traer consecuencias de salud, estrés fisiológico y depresión, falta de autocontrol, problemas de aprendizaje, entre otros.
¿Cómo entonces lidiar con esta problemática y lograr que los niños no se vean afectados por esto? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos padres de familia, ya que el uso del celular se les ha salido de las manos. La solución a todo esto comienza desde que el niño nace, ya que muchas veces los padres para poder tener tiempo libre dejan a sus hijos mucho tiempo frente a los televisores, les dan el celular para que no lloren y les enseñan a manejarlo para que se calmen. La gran realidad es que los mismos padres de familia son cómplices en esta problemática, ya que ellos para tener más tiempo también para estar pegados a sus propios celulares, computadores o televisores, dejan a sus hijos sin ningún control, porque sienten que los niños al estar entretenidos con sus tecnologías no los molestan y no tienen que dedicar mucho tiempo a contemplarlos y a estar con ellos.
Aunque duela, esta es una gran verdad, y debes entender que si tienes hijos en proceso de crecimiento, es importante que estés con ellos, que les dediques calidad de tiempo, que establezcas límites en casa para poder compartir momentos importantes, que dejes de usar tus celulares de manera excesiva cuando estés en casa, que juegues con tus hijos, los saques diariamente al parque, hagas ejercicio con ellos, rompas la rutina, en fin, que seas activo, creativo y estés presente. El ejemplo comienza por ti y tú eres quien decide cómo quieres educar e inspirar a tus hijos, que debe ser en el amor, más que en el miedo y en la búsqueda de aprobación del exterior.
Articulo escrito por:
Jaime Jaramillo
Más conocido como «Papá Jaime».
Creador de la Fundación Niños de los Andes, la cual ha trabajado durante más de cuatro décadas en la recuperación de cerca de 100.000 niños que han vivido en las calles y alcantarillas de Colombia.